El mes de enero es un magnífico momento para visitar el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Su naturaleza muestra todo su esplendor llenando las pupilas del visitante de intensos colores e inundando el resto de sus sentidos con los aromas, los sonidos y las sensaciones de un entorno privilegiado. En este espacio de la provincia de Huelva se encuentraAracena, un enclave amable que cuenta con un pasado cargado de historia. En la cumbre del cerro que vigila el deambular diario de sus habitantes divisamos el Castillo de Aracena, o lo que es lo mismo, el origen mismo de esta localidad.
En época medieval fue una villa fortificada, defendida por una robusta muralla. En estudios recientes se ha documentado, gracias a los restos arqueológicos encontrados, la existencia de un emplazamiento entre los siglos X al XIII que evidencian una población andalusí relacionada con el asentamiento de Qatrasana, documentado en diferentes textos islámicos. El origen de la actual Aracena se halla en la población que dominó esta zona de la sierra onubense durante la época de Al-Ándalus. Dos fueron, según los vestigios arqueológicos que se han conservado, los momentos de ocupación de esta zona por los árabes: el primero se desarrolla durante los siglos X y XI, momento que corresponde al Califato de Córdoba y al Reino Taifa de Sevilla; y un segundo, entre el siglo XII y mediados del XIII, cuando Al-Ándalus formó parte importante de los imperios almorávide y almohade.
El castillo, sin embargo, no se construyó hasta mediados del siglo XIII, cuando Portugal, a través de la Orden Militar del Hospital, arrebata esta zona a los ejércitos islámicos. Se levantó sobre las casas de época andalusí que fueron destruidas y forma parte de la conocida como ‘Banda Gallega’, conjunto de castillos que se localizan en las estribaciones occidentales de Sierra Morena y que protegían el territorio de Sevilla de ataques de los ejércitos portugueses (con el Tratado de Alcañices, en 1297, se delimitó la frontera con Portugal y Aracena pasó a formar parte del Reino de Castilla como tierra realenga e integrada en el Concejo de Sevilla).
Usado hasta principios del siglo XVI, cuando fue perdiendo su función militar, estaba conformada por un patio de armas y un alcázar, separados ambos por una muralla donde destacaba la Torre Mayor. Con una extensión menor que el patio de armas, el alcázar se situaba en la zona oriental del recinto y contaba con varias torres de planta cuadrada o rectangular y varias terrazas a las que se accedía a través de pequeñas escaleras desde el paseo de ronda de las murallas. La Torre Mayor, último reducto de la defensa una vez hubiera sido tomada la fortaleza, se encuentra en la parte más alta del cerro y, con planta cuadrada y unos 16 metros de altura, estaba dividida en dependencias interiores.
Aracena tuvo su germen en el interior de estas murallas, aunque con el paso del tiempo los pobladores fueron ‘conquistando’ las laderas del cerro y el valle que se extendía a sus pies, quedando la ‘villa vieja’ abandonada y en el olvido.
En la actualidad se pueden realizar visitas guiadas, de unos 50 minutos de duración, durante todo el año (en verano, hasta el 18 de septiembre, en horarios de 11.30 h, 12,30 h, 13.30 h, 18.00 h, 19.00 h y 20.00 h; y en invierno, a las 11.45 h, 12.45 h, 13.45 h, 16.00 h, 17.00 h y 17, 45 h), excepto los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 y 6 de enero). El precio de la entrada general es de 2,50 euros, siendo de 1 euro para personas mayores de 65 años, personas con discapacidad superior al 33% y niños de 6 a 12 años.
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