Unos 500 metros separan el lugar en el que estamos alojados, el Hotel Convento Aracena, de uno de los grandes tesoros geológicos que encierra la sierra de esta bellísima zona de la provincia de Huelva. Un complejo de 2.100 metros de galerías subterráneas aunque solo algo más de la mitad son transitables al público, divididas en tres niveles superpuestos, conformado por caminos que discurren entre impresionantes formaciones calizas formadas a lo largo de millones de años. Un espacio de tal belleza que dejará al visitante con la boca abierta. Abierta al público en 1914, siendo la primera cueva turística de España, y localizada en pleno centro del pueblo de Aracena, la Gruta de las Maravillas se convierte en una visita obligada para niños y mayores.
Entre casitas encaladas y por callejones empedrados, dejamos atrás el hotel para adentrarnos en la calle Jesús y María, que tiene su continuación en Plaza Alta. Un zigzag izquierda derecha nos permite continuar por la calle Francisco Rincón hasta alcanzar la calle Cruces, en cuya confluencia con la calle Pozo de Nieve se encuentra nuestro destino, una puerta con verja forjada. Tras ella se halla uno de los tesoros más valiosos de la naturaleza que posee la Comunidad Autónoma de Andalucía. Se hace difícil imaginar que, una vez superada esa entrada, accederemos a un mundo realmente mágico.
Existen dos teorías acerca del descubrimiento de la Gruta de las Maravillas. La primera de ellas, la más documentada, habla de unos mineros de la antigua mina del cerro que por aquel entonces se explotaba en Aracena que, buscando nuevos minerales que extraer, se adentraron en sus galerías, aunque al no encontrarlos, decidieron volver a cerrar la cavidad. La otra, según se recoge en la tradición local, atribuye su hallazgo a un pastor conocido como tío Blas, quien se adentró en sus profundidades de manera casual mientras buscaba a un carnero que se le había extraviado y que respondía al nombre de ‘Colmenito’.
Sea como fuere, ha llegado hasta nuestros días toda su esplendorosa belleza, salpicada de grandes lagos y de abundantes y variadas formaciones geológicas. La Gruta es actualmente uno de los grandes embajadores de Aracena y en su interior el visitante descubrirá espacios tan sorprendentes como la sala de los brillantes, la cristalería de Dios, los grandes lagos, la marmita de los gigantes o la encantadora sala de los desnudos. Son más de 1.200 metros de laberintos, a los que se accede tras bajar unas escaleras, en una cavidad freática originada por la acción erosivo-disolutiva de las aguas sobre las rocas calizas que conforman el Cerro del Castillo.
Esta acción del agua ha ido tomando forma de estalactitas, estalagmitas, columnas, gours (lagos con formaciones en su interior), coladas, pisolitos, excéntricas de tonos azul y coral, cortinas (formaciones de estalactitas que asemejan una intensa tromba de agua)… que el visitante contempla con absoluto asombro, mientras se deja envolver por el silencio que trasmiten las tranquilas aguas de sus lagos. Este recorrido subterráneo dura unos 45 minutos y se lleva a cabo en grupos reducidos (no se admiten más de 1.000 personas por día). La temperatura en su interior es constate durante todo el año y oscila entre los 16 y los 19 grados centígrados y tiene una humedad que varía entre el 98% y el 100%.
La información sobre horarios y precios puede consultarse en la página web del Ayuntamiento de Aracena: http://www.aracena.es/es/municipio/gruta/
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