Llega diciembre y lo hace de la mejor manera posible, ofreciendo a los más afortunados un largo puente de cinco días que se inicia el sábado 4 y finaliza el miércoles 8. Un tiempo que nos invita a hacer el equipaje y marcharnos a descubrir, o a redescubrir si ya lo conocemos de anteriores visitas, algún lugar especial. Uno de esos lugares, puesto que aúna una esplendorosa naturaleza con un patrimonio histórico-artística único y todo ello acompañado de una gastronomía y unas gentes que no nos dejarán indiferentes, es Aracena, donde, además podemos disfrutar de un alojamiento rural con encanto.
Comencemos por la naturaleza. Nos encontramos en la zona norte de la provincia de Huelva, en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un espacio que forma parte de las estribaciones más occidentales de Sierra Morena. Cuenta con caminos bien señalizados donde podemos, partiendo desde nuestro hotel de cuatro estrellas en Aracena, practicar senderismo, pedalear sobre la bicicleta o montar a caballo. También se pueden llevar a cabo diferentes deportes de aventura para toda la familia. En sus cielos domina el buitre negro, gran estandarte del lugar, pero también pueden verse buitres leonados; águilas reales, perdiceras, culebreras y calzadas; azores; milanos negros…
Sus aguas, que bajan por los numerosos cursos que recorren la comarca y crean hermosos bosques de ribera, tienen como inquilinos a la anguila, el barbo cabecicorto, la rana verde, el sapillo pintojo… Y sobre la tierra el gran señor de la dehesa, que podemos contemplar salpicada de encinas, alcornoques y castaños, es el cerdo ibérico, que nos regala los sabrosos manjares ibéricos de la D.O.P. Jabugo. Y junto a él, aunque a prudencial distancia, la comadreja, el gato montés, el zorro, el jabalí, el ciervo…
Otro de los días podemos dedicarlo a conocer en profundidad Aracena, localidad en la que se encuentra nuestro hotel de cuatro estrellas con spa. Capital de la comarca, cuenta con uno de los lugares más singulares, la conocida como Gruta de las Maravillas. Y lo más curioso es que esta maravilla natural, que fue la primera cueva turística de España, se encuentra en pleno casco urbano, bajo el cerro que domina el pueblo. Este espacio muestra al visitante un excepcional conjunto de galerías, salones, lagos y cursos subterráneos adornados por estalactitas, estalagmitas, columnas, gours, coladas, pisolitos, cortinas… que nos hablan del inagotable trabajo del agua y el tiempo sobre la roca.
También debemos conocer el castillo, que formó parte de la barrera defensiva que los reyes de Castilla construyeron para defender el Reino de Sevilla de los ataques de las tropas de Portugal y de las incursiones de la Órdenes Militares asentadas en el sur de Extremadura. Junto a él, la iglesia prioral de Nuestra Señora del Mayor Dolor, el templo más antiguo y emblemático de esta localidad donde estamos disfrutando de un hotel de calidad para toda la familia. Conocer el Museo del Jamón, donde lo aprenderemos todo sobre la crianza del cerdo ibérico, o el Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre también son dos buenas alternativas.
Una de las jornadas de este puente podemos dedicarla a recorrer algunos de los lugares más visitados del entorno. Uno de ellos es la Peña de Arias Montano, en la localidad de Alájar, donde se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, lo que lo convierte en uno de los centros de peregrinación más importantes de Andalucía. Se trata de un lugar de gran valor paisajístico desde el que, además, tendremos unas vistas inmejorables del Parque Natural.
Otra de las paradas debe llevarnos a Almonaster la Real, donde visitaremos la mezquita rural mejor conservada de España. Construida entre los siglos IX y X y ubicada en el interior de los restos amurallados del castillo, fue levantada sobre los restos de una basílica visigoda del siglo VI, que a su vez se construyó sobre algún edificio monumental romano de los siglos I o II d. C., y durante la Reconquista fue convertida en ermita cristiana.
Los llanos de Linares de la Sierra, auténticas obras de arte que adornan sus calles formando auténticas alfombras de piedra; una ruta botánica por Santa Ana la Real para descubrir más de 60 especies diferentes de plantas; los castillos de Aroche, Cala, Cortegana, Aroche y Zufre; el enclave arqueológico romano de Turóbriga, en Aroche; el monumento megalítico de La Pasada del Abad, en Rosal de la Frontera; o el Paraje de las Tobas, en Higuera de la Sierra, también son posibilidades muy interesantes. Incluso, aunque algo más alejado de nuestro alojamiento rural en la Sierra de Aracena, se encuentra en parque minero de Riotinto.
Cuidarnos a nosotros mismos puede ser otra de las alternativas. El hotel de lujo para toda la familia en el que estamos alojados, nos ofrece la posibilidad de someternos a una terapia antiestrés que nos devolverá como nuevos a nuestra rutina diaria una vez terminado el puente; una experiencia gastronómica que, bajo el nombre de ‘Convento y Jabugo MasterClass Experience’, nos acercan a los sabores, olores y sensaciones que nos transmite el jamón ibérico de la zona; También podemos, ya que nos encontramos entre sus paredes, conocer la historia y la vida de un convento del siglo XVII, visitando la iglesia y la sacristía, el jardín y el claustro y descubriendo algunos de los misterios que allí se esconden.
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