El acogedor calorcito de una candela. El abrazo fraternal de todo un pueblo que vive esta fiesta con la mejor de sus sonrisas. Buen beber y mejor comer en una tierra que es conocida a nivel internacional por ser la cuna de la DOP que unos de los jamones ibéricos que se curan en España. Un día de encuentro, de convivencia, de mano tendida a todo aquel que llega desde distintos puntos de la comarca (nosotros lo haremos desde nuestro hotel de cuatro estrellas en Aracena) a descubrir esta tradición tan arraiga transmitida de padres a hijos a los largo de los años y todos los encantos que encierra la localidad de Jabugo, en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Estando alojados en un hotel rural con spa en Aracena quizás nos cueste dejar por un tiempo la comodidad y todos los servicios que nos ofrece, pero ha llegado el momento de acercarse hasta la vecina localidad de Jabugo, una vez que el sábado 28 de octubre de 2022 se celebra su fiesta de las Candelas, una de las citas más esperadas del otoño en la comarca de la Sierra de Aracena.
El objetivo es congregar en torno a una buena comida a todos aquellos que quieren compartir charla y amistad en torno al calor de las lumbres que ocupan distintos espacios del pueblo. La Plaza del Jamón, no podía ser otra dado el lugar donde nos encontramos, es el eje vertebrador de esta celebración que muestra el carácter hospitalario de este y del resto de los pueblos que salpican con sus casas encaladas y sus calles empedradas la Sierra de Huelva, donde está ubicado nuestro alojamiento con encanto en Aracena.
Los manjares que se sirven, como resulta evidente, proceden casi de manera exclusiva de los exquisitos productos de la zona, que cuenta con el cerdo ibérico como gran estandarte, pero que también posee una huerta colorida y un buen número de tipos de frutas y, en esta época, en este otoño en que el Parque Natural se llena en sus amaneceres y anocheceres con el bravo sonido de la berrea de los ciervos en celo, también es posible saborear las castañas y una importante variedad de setas. Y como colofón, unos deliciosos dulces tradicionales.
Cada año suelen instalarse alrededor de unas 20 candelas que se adjudican a distintas pandillas y sociedades gastronómicas del pueblo, convirtiéndose en los encargados de preparar las viandas, que suelen ser diferentes en cada candela para luego compartirlas con todos, y la bebida. Surgida de una iniciativa popular, esta cita, en la que se canta, se baila, se habla con todo el mundo y, sobre todo, se come y se bebe, se ha convertido con el paso de los años en un importante reclamo turístico de Jabugo, lugar al que nos hemos desplazado desde nuestro hotel en el casco histórico de Aracena, a los pies de su castillo y de su iglesia prioral.
Si podemos llegar tempranito a Jabugo, antes de que comiencen las Candelas, podemos darnos un paseo por la localidad para admirar su interesante patrimonio histórico-artístico. La iglesia de San Miguel es un edificio con tres naves de cinco tramos con crucero y ábside realizado en mampuesto y ladrillo revocado que comenzó a construirse en 1722 y que cuenta con un interesante retablo; el edificio Tiro de Pichón, obra del arquitecto Aníbal González y que se enmarca en la arquitectura andaluza de principios del siglo XX; la estación del ferrocarril, datada en 1889; y el edificio Santa Teresa, un inmueble monumental de mediados del siglo XX. También podemos viajar al pasado en la Cueva de la Mora, un yacimiento arqueológico representativo de la Prehistoria onubense.
El domingo podemos aprovecharlo para descansar y disfrutar de nuestro alojamiento de cuatro estrellas con spa en la Sierra de Huelva o salir a conocer Aracena, cuyo casco urbano está declarado Bien de Interés Cultural. Podemos adentrarnos en las profundidades de la Tierra a través de la Gruta de las Maravillas, un sorprendente espectáculo que el agua ha ido labrando sobre la roca a lo largo de miles de años; culturizarnos en el ‘sabroso’ Museo del Jamón o en el peculiar Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre; o subir a lo alto del Cerro para viajar al pasado gracias a la ‘máquina del tiempo’ que son su castillo medieval, construido por los monarcas de Castilla para defender el Reino de Sevilla de los ataques de las tropas de Portugal y de las Órdenes Militares asentadas en el sur de Extremadura, y su interesante iglesia prioral.
