Un universo de colores. Eso es el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche en otoño. Dorados, ocres, marrones, naranjas… La paleta con la que la naturaleza se pinta en este tiempo convierte Aracena, localidad donde podemos alojarnos en un hotel de cuatro estrellas con encanto, y su entorno en un escenario único.
Sus amplias dehesas, salpicadas de encinas, alcornoques y castaños nos brindan un espectáculo sin igual mientras descubrimos unos pueblos serranos de casas encaladas y calles empedradas donde disfrutar de un rico patrimonio histórico-artístico y de una gastronomía que tiene como gran estandarte al cerdo ibérico, principio y final de la D.O.P. Jabugo.
En estos días de otoño que poco a poco se van acortando en su búsqueda de ese invierno donde las noches ganan tiempo a las horas de luz, Aracena nos ofrece otros alicientes únicos para nuestros paladares. Es época de setas y de castañas. Y de toda una tradición gastronómica en torno a estos dos productos. Con la llegada de las primeras lluvias se abre un interesante universo de sabores para los amantes del turismo micológico.
Desde nuestro alojamiento en un hotel rural con spa en Aracena nos adentraremos en el Parque Natural en la busca de este preciado manjar, teniendo en cuenta que nos encontramos en uno de los lugares de España con mayor variedad de setas, pudiendo llegar a encontrarse hasta 40 especies comestibles diferentes. Algo de abrigo para combatir el fresquito de estos días, una cesta de mimbre y una navaja es todo lo que necesitamos. La primera nos permite que al caminar caigan al suelo las esporas de las setas que transportamos, haciendo posible que el próximo año vuelvan a florecer; y la navaja nos permite cortarlas por el tallo a ras de tierra y no arrancarlas del suelo.
Entre las muchas variedades que se pueden encontrar en otoño están boletus aereus, tentullos, tanas (considerada por los expertos como una de las más exquisitas), níscalos, setas de cardo, champiñones de campo (también conocida como josefinas), galipiernos, trompetas amarillas, setas de chopo y rebozuelos.
Para quienes no sean expertos en esta materia, existen unos consejos para su consumo. El principal, no consumir variedades que no conozcamos y si es posible salir al campo acompañados de un experto, una vez que existen especies muy peligrosas para el consumo humano.
También es importante cocinarlas sin mucho aderezo o con salsas que terminarían por enmascarar el delicado sabor de la seta; limpiarlas con un cepillo, un trapo húmedo o bajo el chorro de agua del grifo; guisarlas y comerlas el mismo día de su recolección, aunque también pueden conservarse un par de días en el frigorífico o durante más tiempo si se congelan; o no consumir setas crudas, salvo excepciones como tanas, tentullos o gurumelos.
Pero como no solo de setas vive el hombre, el otoño también es tiempo de castañas en Aracena, lugar elegido para disfrutar de un alojamiento rural con el encanto de un convento del siglo XVII. Y de sentarse alrededor de un fuego donde asarlas. El castañar ocupa aproximadamente un 3% de toda la superficie del Parque Natural y se extiende, en su máximo esplendor, por la cara norte de la Sierra, entre Aracena y Almonaster la Real.
Existen un buen número de rutas bien señalizadas para hacer a pie, en bicicleta o a caballo desde nuestro hotel de cuatro estrellas en Aracena y disfrutar del maravilloso espectáculo que nos brinda el castañar. Eso sí, debemos tener en cuenta que no podemos llevarnos las castañas que encontraremos en nuestro recorrido, puesto que son una parte fundamental de la economía de muchas familias de la zona y porque en su mayoría los castaños se encuentran ubicados en propiedades privadas.
La Sierra de Aracena forma parte de la Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena y está adherida a la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS). Además, es Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Su extensa masa forestal y su alta pluviosidad la convierten en un paraíso único para el turismo micológico. Además, y ya que estamos alojados en un hotel rural con todos los servicios y comodidades en Aracena, podemos aprovechar para visitar la sorprendente Gruta de las Maravillas; darnos un paseo por el pasado a través de su castillo y de su iglesia prioral; o visitar el Museo del Jamón o el Museo de Arte Contemporáneo de Andalucía, único de estas características al aire libre en la región.
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