‘La primavera, la sangre altera’. La sabiduría popular siempre ha relacionado los vuelos del dios Cupido, con sus flechas del amor, con el despertar de la sensualidad, con la llegada del buen tiempo, del florecer de las plantas, del canto de cortejo de los pájaros, de los campos verdes y de los ríos rebosantes del agua caída durante el invierno.
Sin embargo, uno de los cantos al amor más célebres y espectaculares de la naturaleza se produce ahora, en los primeros compases del otoño. La berrea de los ciervos, que inunda de desafiantes sonidos el cielo de multitud de lugares de España, es un espectáculo majestuoso en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en el norte de la provincia de Huelva, un lugar único para pasar unos días en un alojamiento rural y conocer Aracena en familia.
Las últimas tormentas del verano han llenado de humedad un suelo que llevaba tiempo sufriendo los rigores del intenso calor y los bosques comienzan a cambiar de color, predominando los tonos rojizos, amarillos y ocres cuando los árboles pierden sus hojas. Es entonces, cuando llegan las lluvias y descienden las temperaturas, cuando el ciervo ibérico, quizás una de las especies más emblemáticas de nuestro territorio, inicia su época de apareamiento.
Los machos, que viven apartados, acuden cada año en busca de las hembras en celo para seducirlas. Para ello braman con un sonido ronco y muy llamativo, que inunda los amaneceres y atardeceres de la Sierra de Aracena, tratando de atraer la atención de ellas y desafiando a sus rivales, con los que habrá de enfrentarse más tarde en busca de una hegemonía que le permita aparearse. Es entonces cuando se produce una batalla de choque de cornamentas, audible a varios kilómetros de distancia, que se prolonga hasta que uno de los rivales acepta la derrota. Es una lucha de poder y de jerarquía con el único objetivo de perpetuar la especie.
Es un espectáculo único e inolvidable del que disfrutar en Aracena con amigos. Una contienda por la supervivencia adornada por unos sonidos sobrecogedores que rompen el silencio de esos momentos del día en que la luz trata de vencer a la oscuridad. Durante el día se produce la calma y es entonces cuando se puede recorrer el bosque en busca de las cicatrices que los ciervos machos han dejado con sus cornamentas en la corteza de los árboles con el objetivo de poner a punto sus astas o cuernas (que no cuernos) para el combate.
Estas luchas, que responden a un ritual muy concreto, sirven para que el vencedor demuestre a las hembras, que asisten como espectadoras, que posee una buena genética y una salud fuerte, características que transmitirá a sus crías y que hacen que se gane el favor de aquellas. Cabe recordar que solo los ciervos machos presentan cornamentas y que no son perennes, ya que suelen perderlas al final de invierno, proceso conocido como desmogue, y recuperarlas allá por el mes de julio, cuando aún están recubiertas de un fino pelo que se desprenderá durante agosto. Así estarán listas para la siguiente berrea.
La berrea suele comenzar a mediados de septiembre, aunque tiene mucho que ver con la lluvia y el descenso de las temperaturas, y acabar a finales de octubre. Una vez logrado el objetivo del apareamiento, los machos se retiran a las profundidades del bosque para continuar con su vida. Las hembras, por su parte, tienen un periodo de gestación de unos ochos meses, con lo que al llegar la primavera nacerán los cervatillos. Los pequeños permanecerán junto a sus madres hasta que llegue el parto del siguiente año, cuando deberán empezar a valerse por sí mismos.
La Sierra de Aracena es nuestro destino. Y el pueblo que le da nombre, Aracena, el lugar en el que encontraremos un espacio único en el que alojarnos. El Hotel Convento Aracena & Spa es un moderno hotel de cuatro estrellas que tiene el encanto de encontrarse ubicado entre las cuatro paredes del que fuera un antiguo convento dominico del siglo XVII. Durante la estancia en este alojamiento rural con encanto podemos disfrutar de su relajante spa, de la tranquilidad de sus jardines y su claustro, de la versatilidad de sus zonas comunes, de sus cómodas habitaciones y de la sabrosa gastronomía de la Sierra de Aracena, que aúna tradición y modernidad, en su restaurante Huerto Nun, ubicado en el que fuera antiguo huerto de las monjas que allí habitaron.
El Hotel Convento Aracena & Spa es un hotel con encanto en Aracena que duerme a los pies de su castillo y de su iglesia prioral y se halla muy cerca de uno de los grandes prodigios naturales que el agua y la piedra han ido esculpiendo a lo largo de miles de años, la Gruta de las Maravillas. También podemos aprovechar nuestra estancia para conocer el Museo del Jamón y el Museo de Arte Contemporáneo de Andalucía, el único de la región al aire libre, o para pasear por un pueblo de casas blancas encaladas y calles empedradas cuyo casco urbano está repleto de bellos monumentos y que está catalogado como Bien de Interés Cultural.
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