Cuando todo esto del coronavirus haya acabado y vuelva la ansiada normalidad, muchos de nosotros recuperaremos esos proyectos de viaje que hemos dejado guardados en la maleta y que tanto estamos echando de menos. En pareja, con toda la familia o acompañado de un grupo de amigos, una opción perfecta podría ser una visita de fin de semana al Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Un enclave único en el que poder disfrutar de un magnífico entorno natural, de un rico patrimonio histórico-artística, de una sabrosa gastronomía con el cerdo ibérico como gran estandarte, de espacios llenos de sorpresas… y de una oferta muy interesante de alojamientos rurales de calidad.
La propuesta pasa por alojarnos en un hotel con encanto en Aracena. Esta localidad de casas encaladas y calles empedradas cuenta con un rico patrimonio histórico-artístico, simbolizado en su castillo y su iglesia prioral, y con la que fuera la primera cueva visitable de España, un espacio de belleza tan sorprendente que ha recibo el nombre de Gruta de las Maravillas. Podemos, además, realizar rutas a pie o en bicicleta por sus muchos senderos, hacer excursiones para contemplar su abundante fauna o visitar otros pueblos cercanos que también atesoran muchos lugares de interés.
Nuestro fin de semana arrancaría la mañana del sábado, después de haber disfrutado la tarde del viernes de un alojamiento con spa en la Sierra de Aracena, con un viaje de unos 30 minutos en coche para llegar al Parque Minero de Riotinto. O quizás podamos imaginar que el trayecto lo hacemos a bordo de una nave espacial y que nuestro destino es el planeta Marte. Y es que eso es Riotinto, un pedacito del planeta Marte en la Tierra.
Sus paisajes y la riqueza e intensidad cromática de la tierra y de las aguas del río que le da nombre, así como sus excepcionales condiciones ambientales lo convierten en un espacio que lleva tiempo atrayendo la atención de científicos de todo el mundo. Juan Pérez Mercader, de la Universidad de Harvard, ha dicho que “Riotinto, Marte en la Tierra, es una magnífica oportunidad para acercar al público el excitante mundo de la exploración espacial en busca de vida fuera de la Tierra”.
El color rojizo de sus aguas es el que da nombre al río, ‘Tinto’. Una tonalidad provocada por el alto contenido en minerales (hierro, manganeso, cobre…), cuya extracción por íberos, tartesios, fenicios, romanos… ha formado parte indisociable de la historia de este rincón de Huelva. Además, la escasez de oxígeno en el agua hace que tenga un PH muy ácido, lo que las convierte casi en ácido sulfúrico. Aun así, tiene vida. Allí viven unos pequeños microorganismos, adaptados a ambientes extremos, que se alimentan solo de minerales y que cuentan con un metabolismo capaz de oxidar el azufre y el hierro de la pirita para convertirlos en ácido sulfúrico y férrico.
En el Parque Minero de Riotinto viajaremos en un tren del siglo XIX para recorrer, sobre parte del trazado original que desde 1875 conectaba las minas con el Puerto de Huelva, esos sorprendentes paisajes que nos harán sentirnos en una película de ciencia ficción; haremos fotografías de un río que ofrece todo un mundo de color; y descubriremos un territorio que muestra las huellas de 5.000 años de actividad minera y nos adentraremos en una antigua mina recuperada, con más de 200 metros de galería, donde nos asomaremos al mirador de la mina a cielo abierto para disfrutar de un auténtico arco iris bajo tierra.
Visitaremos también un museo, ubicado en el antiguo hospital de la Rio Tinto Company Ltd., repleto de joyas del patrimonio cultural de las distintas civilizaciones que forjaron la historia minera de la comarca y una casa, la Casa 21, que nos hará viajar en el tiempo y nos trasladará a la Inglaterra de la Reina Victoria y dará testimonio de la presencia de más de 100 años de los británicos en la zona al recorrer el barrio inglés de Bella Vista.
El domingo lo dedicaremos a conocer Aracena, una localidad con mucho que ver y con algún hotel rural con encanto. Podemos dar un paseo por su casco urbano, declarado Bien de Interés Cultural, ubicado a los pies del castillo, que formó parte de la Banda Gallega que defendía el Reino de Sevilla de las incursiones de los ejércitos de Portugal y de las Órdenes Militares asentadas en Extremadura, y la iglesia prioral, templo más antiguo y emblemático de la localidad y de estilo gótico-mudéjar, que desde lo alto del cerro ‘vigilan’ cada día el deambular de los aracenenses. Ambos espacios son visitables y merece la pena acercarse a conocerlos. Una cita casi obligada es la Gruta de las Maravillas, un manantial inagotable de belleza que el agua y la roca han ido creando a lo largo de miles de años en el interior de la Tierra. Si aún nos queda tiempo, el Museo del Jamón o el Museo de Arte Contemporáneo de Andalucía, único de la región al aire libre, pueden ser una magnífica opción.
Y hablado de hotel rural con encanto y de calidad, nada mejor que conocer el Hotel Convento Aracena & Spa. La calidad es visible en sus amplias y cómodas habitaciones, unas zonas comunes muy versátiles en las que encontraremos todo lo que puede esperarse de un hotel de cuatro estrellas en Aracena, un spa en el que relajar cuerpo y mente, unos jardines y un claustro que emanan paz y tranquilidad, un restaurante con una deliciosa oferta gastronómica que aúna tradición y modernidad… Y con todo el encanto que desprende encontrarse ubicado entre las paredes del que fuera un antiguo convento dominico del siglo XVII. Además, en pleno casco urbano y a los pies del castillo y la iglesia prioral.
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