Entre los muchos atractivos que nos ofrece el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, hay dos que van a protagonizar nuestra siguiente escapada a la zona: alojarnos en un hotel rural de cuatro estrellas en Aracena y visitar el encantador pueblecito de Cortelazor la Real, cuyas calles y plazas empedradas conservan toda la belleza de los pueblos serranos, con sus casitas pintadas de blanco.
Y todo en un entorno natural protagonizado por amplias dehesas salpicadas de encinas, alcornoques y castaños, donde se cría el cerdo ibérico que da prestigio a la DOP Jabugo, y por bosques de ribera que acompañan los numerosos cursos de agua que recorren la comarca.
Una zona, además, con un interesante patrimonio histórico-artístico, a tiro de piedra de nuestro alojamiento en Aracena, que recorre todas las etapas de la Historia, aunque quizás sean, la ocupación romana, el periodo musulmán y la Edad Media aquellos que más muestras de interés nos ofrezcan.
Roma se nos presenta en todo su esplendor en el enclave arqueológico de Arucci Turóbriga, lugar levantado, según las crónicas, en tiempos de Augusto, a finales del siglo I a.C. y supone la culminación de un proceso que se inicia a mediados del siglo II a.C. con la conquista de la Baeturia Celtica.
El medievo lo encontramos en el conjunto que fortalezas que conformaban la conocida como Banda Gallega, levantadas por los monarcas de Castilla para proteger el Reino de Sevilla de los ataques de las tropas de Portugal y de las Órdenes Militares asentadas en el sur de Extremadura.
El recorrido nos llevará a Aroche, Cortegana, Cumbres Mayores, Santa Olalla del Cala, Encinasola, Cumbres de San Bartolomé, Cala y al castillo de Aracena, pueblo donde está nuestro alojamiento en la Sierra de Huelva.
Y de época árabe, el vestigio más interesante que encontramos es la mezquita de Almonaster la Real, templo musulmán de carácter rural mejor conservado de España.
Estar alojados en un hotel de Aracena nos permitirá también conocer esta localidad y descubrir uno de los espacios subterráneos más sorprendentes, la Gruta de las Maravillas, considerada la primera cueva turística de España.
Como si fuéramos los protagonistas del libro de Julio Verne ‘Viaje al centro de la Tierra’, nos adentraremos en un escenario mágico que el agua ha ido labrando sobre la roca a lo largo de miles de años y contemplaremos espacios con nombres tan sugerentes como como la Sala de los Mantones, La Catedral, la Marmita de los Gigantes, el Lago de la Sultana, la Sala de las Esmeraldas o la Cristalería de Dios.
También merecen una visita el Museo del Jamón, la iglesia prioral y el Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre, con más de 50 esculturas repartidas por diferentes calles y plazas de un centro urbano que tiene el reconocimiento de Bien Interés Cultural.
No muy lejos de nuestro alojamiento en la Sierra de Aracena está la localidad de Cortelazor, considerada por muchos artistas pictóricos, dada la belleza de buena parte de sus rincones, como un perfecto taller al aire libre. Hasta tal punto que, cada año, al llegar agosto se celebra el certamen nacional de pintura ‘Villa de Cortelazor’, llenándose sus calles y plazas de decenas de lienzos, pinceles y caballetes. Las mejores obras pasan a formar parte del museo local ‘José Pérez Guerra’.
Cortelazor, declarado Conjunto Histórico en 1983, es un acogedor pueblo que cuenta con indicios de la presencia humana en la zona desde la Edad del Bronce (II milenio a.C.) en varias cistas localizadas en la Sierra del Cuchillar, la Joya, la Cañada de los Domínguez y la Cerca del Cojo. También existen vestigios romanos cerca de la ermita de la Coronada.
Sería Alfonso X, el Sabio, que incorporaría la localidad a la Corona de Castilla y Felipe IV quien, tras ser mucho tiempo aldea de Aracena, le otorgaría el título de villa en 1631. Entre la ocupación romana y la reconquista cristiana, solo una leyenda, la del noble musulmán Azor, quien, tras alzarse en armas en tiempos de los reinos de Taifas, estableció aquí su corte.
En nuestra visita, antes de regresar a nuestro alojamiento con spa en Aracena, nos daremos una agradable paseo por las sinuosas calles empedradas de su casco urbano y descubriremos la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, construida entre 1565 y 1587, conformada por cinco tramos en su única nave, añadiéndose el último de ellos en la ampliación que se llevó a cabo en el siglo XVIII, momento en el que también se cambió la espadaña por la torre que corona el templo. Dos tesoros que encierra en su interior son las Pinturas Murales del siglo XVI y el cuadro de la Divina Pastora de Alonso Miguel de Tovar de 1748.
Además nos acercaremos a la ermita de la Virgen Coronada, levantada en el siglo XIII, que guarda en su interior una talla policromada de la Virgen del mismo nombre, original del siglo XVI. A su alrededor pueden verse sillares y columnas pertenecientes a la villa romana que se ubicaba cerca del lugar. Uno de los símbolos de Cortelazor, siendo visita obligada, es el Olmo Viejo. Y lo es por dos razones. Por su edad, se calcula que unos 900 años, y por su pasado, al ser sede de los consejos del pueblo.
Cuenta también Cortelazor, población en el entorno de nuestro hotel para toda la familia en Aracena, con un Museo de Artesanía Popular y con un entorno natural donde destaca el paraje del Charco Malo, una caldera provocada por un salto de agua en el curso Arroyo de la Guijarra, que discurre entre bosques de galería formados por alisos, chopos, álamos y fresnos.
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