Son muchos los beneficios que aporta practicar senderismo, ya que es uno de los deportes aeróbicos más completos. Beneficios que son tanto físicos como psicológicos. Entre los primeros cabe destacar que mejora la salud cardiovascular, ayuda a prevenir la diabetes y reduce la tensión; disminuye el colesterol malo; aumenta la densidad ósea y tonifica la musculatura del tren inferior; mejora la calidad del sueño; controla el peso… Desde el punto de vista psicológico es bueno para la memoria, la capacidad de reacción ante situaciones inesperadas; reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, generando sensación de satisfacción. Hacerlo en familia, además, supone un refuerzo de los lazos afectivos. Y máxime si pasamos unos días en la zona alojados en algún alojamiento con encanto.
El Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche nos ofrece un buen número de alternativas para practicar senderismo, ya que cuenta con cientos de kilómetros de vías bien señalizadas y aptas para todo tipo de niveles. Uno de esos senderos es el que lleva desde la población de Arroyomolinos de León hasta el conocido como Cerro Bonales, que con sus 1.055 metros de altitud sobre el nivel del mar es el punto más alto de la provincia de Huelva. La Sierra de Aracena ofrece, además, un buen número de alternativas para disfrutar de algún hotel rural de calidad en el que poder alojarnos con toda la familia.
La capital de la comarca de la sierra de Huelva es la localidad de Aracena. Un pueblo cuyo casco urbano está declarado Bien de Interés Cultural y en el que podemos encontrar un hotel de cuatro estrellas con encanto en el que alojarnos. Se trata de un antiguo convento dominico del siglo XVII que ha sido remodelado para convertirlo en un alojamiento del siglo XXI, pero con toda la magia y la belleza de su pasado.
En Aracena, lugar que podemos elegir para disfrutar de un hotel rural con encanto, podemos aprovechar para visitar uno de los lugares más mágicos de toda la provincia, la Gruta de las Maravillas, o acercarnos a la Edad Media entre las paredes de su castillo, donde se encuentra ubicada la Iglesia Prioral de Nuestra Señora del Mayor Dolor. El Museo del Jamón y el Museo de Arte Contemporáneo de Andalucía, el único de estas características al aire libre en la región, son también una buena alternativa del ocio.
Pero regresemos a nuestra ruta senderista. La salida será desde la plaza de la Iglesia de Santiago el Mayor. Cogemos la Travesía Cerro y en la primera bifurcación que nos encontremos tomamos el camino de la derecha para, un poco después, hacer lo mismo en la segunda bifurcación. Unos metros más adelante, tras una curva la izquierda que hace el camino descubriremos la señal que nos indica que estamos en el inicio del sendero al Cerro Bonales.
Dejamos a la derecha el cementerio del pueblo y comenzamos a subir la cuesta de los Molinos, un tramo con el suelo asfaltado, adentrándonos ya en la dehesa tan característica de la zona. Es muy probable que podamos ver algún ejemplar de cerdo ibérico buscando por el suelo las bellotas que caen de las encinas y alcornoques que pueblan la zona. Una vez que se termina la zona asfaltada, llegamos a una bifurcación que habremos de coger hacia la derecha. Si tomamos el camino de la izquierda nos llevará hacia la zona norte del pueblo hasta encontrarnos con el Arroyo del Abismo.
El camino es fácil de seguir porque cuenta con marcas blancas y amarillas que indican que se trata de un sendero homologado de pequeño recorrido. El sendero cambia de asfalto a suelo de piedra, característico de los antiguos caminos que conectaban allá por el siglo XIX la Sierra con Madrid a través de Extremadura. El ascenso nos permite disfrutar ya de algunas vistas interesantes y si volvemos la vista hacia atrás podemos contemplar el pueblo de Arroyomolinos. El recorrido lo hacemos entre rústicas paredes de piedra de una altura considerable.
Un buen puñado de olivos no observan desde ambos lados del camino mientras seguimos ascendiendo hasta unos 800 metros de altitud desde donde podemos contemplar una vista de la localidad de Aracena y su castillo. El olivar se va difuminando y ocupa su lugar un gran bosque de robles mientras caminamos por una de las zonas llanas del camino. Llegamos al cruce del Puerto de la Gila y en la bifurcación que encontramos seguimos de frente, ya que si siguiéramos hacia la izquierda acabaríamos en la carretera BA-3002, ya en la provincia de Extremadura.
Los castaños se apoderan ahora del paisaje, aunque poco tiempo después volvemos al robledal. Al llegar al vado del arroyo de las Vegas, podemos ver en lo alto nuestro siguiente destino: la Casa de Erita. Llegamos a un cruce en el que debemos seguir las señales para, a través de una senda estrecha, llegar al vado del arroyo Valle de la Mora. Comenzamos a subir y pasamos por el cortijo de el Portugués hasta encontrar una señal que nos indica que el Cerro Bonales está a 1,5 kilómetros. Si levantamos la vista hacia la derecha, veremos ya arriba el pinar donde se halla nuestro destino.
El paisaje que se contempla en días claros es magnífico, ya que puede verse casi toda provincia de Huelva, buena parte de la Sierra de Aracena y parte de Badajoz. En la cumbre, además, hay un monolito levantado por la Diputación de Huelva, el ayuntamiento de Arroyomolinos y la Federación Andaluza de Montañismo para tener un recuerdo de haber subido a una de las ocho cumbres que forman parte de las Cimas de Andalucía.
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